jueves, 2 de junio de 2011

Dame un beso, o dos. O mejor no me des ninguno. 
Dame un ábrazo que así de paso me calientas, que tengo frío. 
Bueno no, ni te acerques. No quiero ni olerte. ¿Para qué? ¿Para oler 
esa colonia que te pones porque sabes que me encanta y me dan 
ganas de comerte? 
Para eso no. No te acerques. Ni me toques. Bueno va, dame una 
pequeña caricia.. pero pequeña. 
No te emociones. No quero que se me erice la piel por sentir tu tacto. 
Regálame una rosa, pero que sea la que está más muerta. 
Lo que importa es el detalle, ¿no? Así que poco importa el color de 
la rosa, si le queda vida o no.. 
Quiéreme pero no me ames, que después viene cuando mis 
sueños se estrellan. Cuando me prometes bajarme la luna, el sol y las estrellas. 
Y lo más que consigues bajar, es de tu noveno piso a la calle. 
Y en ascensor, para no cansarte. No me inventes historias de amor. 
Cuéntamelas de miedo que son mejores, y a estas alturas prefiero 
creer en monstruos que en ti.

No hay comentarios:

Publicar un comentario